En tus brazos de piel acaramelada
Se encuentra mi ser
Como si no quisiera ser aquella que soy
El camino hacia la niebla engendra tus delicados besos
Que rozan mi cuerpo en la hora de la música y el silencio
Y si me digo que no escribiré de ti no es porque no pueda
Sino que tus mortales ingredientes me quieren acercar más de lo deseado.
Y nada es promesa mas si hablo de estrellas cautivas que se posan desnudas en mis sueños enfermos.
Asesiné aquel espejo de agua que nunca me dio la espalda
Naufragando en emociones de niña perdida en casas amarillas
Yo soy la que habita en el sótano de la montaña
La que cabalga entre los cataclismos golpeando sueños adormecidos
Y sin embargo, tú me regalas ese beso que atraviesa este túnel de mañana y día
Mi vida, el color del tiempo arrastra tu voz al interior de mis paredes, tan deleznables las pobres.
Te acariciaré de lejos ya que me es imprescindible no tocarte.
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